Para el control del paciente hipertenso debemos combinar la dieta, el ejercicio y la toma de medicamentos.

La Hipertensión Arterial es una enfermedad que, cuando se manifiesta, está presente durante toda la vida del paciente. En la actualidad, y en la mayor parte de los casos, no tiene cura, pero puede controlarse muy bien. Para el control del paciente hipertenso debemos combinar la dieta, el ejercicio y la toma de medicamentos. Tener la presión arterial elevada hace que los vasos (arterias) se deterioren con facilidad, el corazón trabaja en malas condiciones (se agranda) y pueden sufrir daños diversos órganos como el riñón, el cerebro y el propio corazón. Si la presión arterial no está controlada se tiene un riesgo mayor de sufrir las complicaciones de la hipertensión. La complicación probablemente más importante que causa la hipertensión arterial cuando no se controla, es a nivel cerebral, donde se puede producir el llamado accidente cerebro vascular (apoplejía o ictus), que origina en el paciente una importante limitación en su vida, si logra sobrevivir al acontecimiento (con frecuencia aparece parálisis en un lado del cuerpo). Desde el punto de vista sanitario, se debe intentar que la presión arterial esté por debajo de 140/90 milímetros de mercurio y, si se es diabético, por debajo de 130/80; pero además debe vigilarse el peso (evitar la obesidad), el nivel de colesterol, las cifras elevadas de glucosa en sangre, aconsejar abstención en el consumo de tabaco y moderar el consumo de alcohol, entre otras actuaciones.

El control de la presión arterial es muy sencillo, basta con tomarse la presión arterial de forma regular, según le indique su médico. Los aparatos para la toma de presión arterial hoy día están al alcance de cualquier paciente, se pueden adquirir en establecimientos de electrodomésticos y en farmacias (lugar más apropiado para su venta al público). La presión arterial puede ser medida en la farmacia (por el farmacéutico o auxiliar de farmacia), en el Centro de Salud (por su médico o enfermero) o en el domicilio del paciente. Existe cierta controversia sobre que medidas de presión arterial tienen mayor validez para tomar decisiones de ajuste de tratamiento o de diagnostico de la enfermedad, si las realizadas en la farmacia, las que realiza su enfermero o médico en la consulta o las que realiza el paciente en su domicilio (automedición de presión arterial). Los médicos conocen que una parte de sus pacientes sufren lo que se denomina «Hipertensión de bata blanca»; ésta consiste en una reacción de alarma que sufre el paciente ante la toma de presión arterial por su médico o enfermero; esta reacción provoca que se obtengan unas cifras de presión arterial elevadas, que no son las que habitualmente presenta el paciente. En este sentido las oficinas de farmacia pueden complementar la labor del médico o enfermero aportando controles de presión arterial que puedan ayudar al facultativo en la toma de decisiones. No obstante se plantean diversos interrogantes: ¿están dotadas las farmacias de aparatos de medida de la presión arterial validados? ¿se realiza la medición de presión arterial observando las condiciones de una toma correcta de presión arterial?, ¿existe correlación entre las tomas de la farmacia con las que realiza el sanitario o el paciente en su domicilio?.

Los sanitarios cada vez reflexionan en mayor medida sobre la utilidad de la toma de presión arterial fuera del Centro de Salud, bien sea en las farmacias o por el propio paciente en su domicilio. Existen estudios científicos que ponen de manifiesto que cuanto más familiaridad tiene el paciente con el entorno en el que se realiza la toma de presión arterial, menor reacción de alarma suele presentar. Cuando el paciente se mide la presión arterial ante sí mismo o ante alguien del que no espera una actitud reprobante de sus hábitos o reforzamiento de su actitud terapéutica, los valores que se obtienen suelen ser menores.

Un estudio realizado a nivel nacional con participación de investigadores murcianos, en el que se reclutaron más de 1500 pacientes hipertensos, cuyo objetivo era dar respuesta a la pregunta ¿cuál es la determinación de presión arterial más fiable: la realizada por el paciente en su domicilio, la realizada en la farmacia o la realizada por su médico o enfermero?, observó que las tomas realizadas por el propio paciente en su domicilio eran las que más correlación tenían con la presión arterial que objetivamente tenía el paciente (valorada por Monitorización Ambulatoria de Presión Arterial, que permite la recogida de información a lo largo de las 24 horas). También en este estudio se ha podido determinar que la medición de la presión arterial efectuada en las oficinas de farmacia con aparatos validados obtenía buenas correlaciones con la verdadera presión del paciente. Curiosamente las medidas que más diferían eran las tomadas en los centros de salud o en los hospitales.

Existe en la actualidad evidencia de que el tratamiento, y el pronóstico del paciente hipertenso, puede mejorar complementando las determinaciones realizadas por el médico o enfermero en el Centro de Salud, con las que el paciente puede realizar fuera del ámbito sanitario en su domicilio o en la farmacia. Se precisan unos requerimientos mínimos que podríamos enumerar:
1.-Instrumentos de medida de presión arterial validados. Los mejores aparatos son los de mercurio, pero de forma creciente se utilizan los automáticos. En los aparatos electrónicos de difusión creciente se prefieren los que determinan la presión arterial a nivel de la flexura del codo, que los que determinan la presión arterial en la muí±eca.
2.-Realización de la toma de presión arterial, de forma periódica, en condiciones adecuadas: tras un reposo previo de 5 minutos, sin haber tomado previamente excitantes (café, tabaco, etc). El brazo no debe tener ropas que compriman y debe estar apoyado a la altura del corazón. Se aconseja tomar presión arterial en ambos brazos, generalmente no existen grandes diferencias, pero si las hay se deberá tomar siempre en el mismo brazo y considerar la de mayor valor.
3.-Anotar los valores de la toma inmediatamente después de realizarla, evitando realizar redondeos.
4.-Aportar al profesional médico los valores de presión arterial obtenidos fuera del Centro de Salud. Su médico es el único profesional cualificado para introducir las modificaciones oportunas del tratamiento antihipertensivo, tratando de controlar de la forma más adecuada la presión arterial.
Cada vez son más los pacientes que usan aparatos automáticos para controlar su presión arterial, este hecho tiene desde el punto de vista sanitario grandes ventajas: nos aportan información sobre cual es la presión arterial en la vida diaria y contribuye a hacer a los pacientes hipertensos más responsables acerca de su enfermedad. Debe recordarse que los valores de normalidad cuando la presión arterial se mide en el domicilio del paciente son inferiores a los de la consulta, la normalidad en casa es 135/85 mm Hg. Controlar la presión arterial es un aspecto crucial en la vida del paciente hipertenso. Las facilidades que nos proporciona la tecnología actual permite al paciente realizar la automedición de la presión arterial con bastante precisión si se observan las medidas comentadas anteriormente. La farmacia por su accesibilidad al paciente debe participar en el control de las cifras de presión y en aspectos de educación sanitaria como la cumplimentación de los hábitos de vida saludables o del tratamiento farmacológico. No debemos olvidar que el control sin actuar terapéuticamente no sirve de nada. Confíe en su médico, es quién mejor puede aconsejarle y tratarlo. Su médico le puede indicar medicamentos eficaces para controlar la presión arterial sin efectos secundarios.
El cumplimiento del tratamiento indicado por su médico, de forma diaria, le asegura una vida más larga y sin las complicaciones graves que puede causarle tener la presión arterial mal controlada. El paciente no debe tomar iniciativas de suspender, cambiar o combinar medicamentos y cualquier duda respecto al tratamiento debe solicitar información a su médico. Cuidar de su salud es una responsabilidad compartida, déjese aconsejar por los sanitarios y siga los consejos e indicaciones que le ofrecen.

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