Dr. José Abellán Alemán

Director de la Cátedra de Riesgo Cardiovascular

Universidad Católica de Murcia

 

Existen una serie de tópicos muy extendidos entre la población y que sin embargo no tienen ninguna base científica y por tanto hay que desterrarlos. Sólo han ganado crédito a base de repetirlos. 

 

De las dos tensiones, la del corazón es la importante. 

No tiene ninguna base esta apreciación. La máxima depende del gasto cardiaco es decir del volumen de sangre que sale del corazón en un minuto y de las resistencias que oponen los grandes vasos a su paso y la mínima fundamentalmente de la resistencia de las arterias pequeñas es decir de las arteriolas. 

Como mi tensión es nerviosa no tengo que tratármela.

La tensión arterial está muy regulada por la actividad del sistema nervioso central. El sistema nervioso simpático es el responsable de actuar sobre el corazón y los vasos y coordinadamente con otros sistemas hormonales y el riñón establecen el control tensional en cada momento. Por ello el sistema nervioso interviene en la regulación de la tensión de todos los mortales luego en sentido estricto todas las tensiones son nerviosas.

Quizás algunos de los que emplean esta expresión quieran referirse a la variabilidad tensional que experimentan determinados pacientes, unos más que otros, ante situaciones de alarma como es  acudir a un centro sanitario. Como ya se ha dicho HTA son cifras mantenidas en el tiempo por encima de 140/90 mm Hg. Por tanto si después de pasar la situación de alarma las cifras vuelven a valores normales no hay hipertensión. Sin embargo, se ha visto que tal situación podría conllevar un riesgo y tal vez convendría ponerlo en conocimiento de su médico para que estudie el caso.

Tengo la tensión descompensada.

Este es un término que es preciso eliminar. Mucha gente cree que la tensión máxima debe ser el doble de la mínima. Existe la tensión descontrolada cuando un hipertenso no alcanza el control por debajo de 140/90 mm Hg pero no descompensada.

La mínima es la peor

Nada hay de cierto en esta aseveración. Ambas tensiones son un marcador de riesgo, lo contrario es una falacia que sólo ha ganado adeptos a fuerza de repetirlo. Está plenamente comprobado que tanto la máxima como la mínima son marcadores de riesgo. Posiblemente la máxima sea un poco más importante, pero ambas lo son y es necesario controlar las dos. 

Estoy preocupado porque se me van a juntar las tensiones.

Mucha gente cree que se pueden juntar ambas tensiones y que esto les traerá resultados trágicos. Esta situación se puede dar cuando existe una dificultad a la salida de la sangre del ventrículo izquierdo por una estenosis aórtica.  Generalmente descartada esta eventualidad carece de interés tal hallazgo. Lo verdaderamente importante es que la tensión esté controlada.

Como ya tengo la tensión controlada  no necesito tomar tratamiento.

Nada hay más lejos de la realidad. Estará controlada porque sigue el tratamiento. En el momento que lo abandone se descontrolará. Además hay algunos fármacos como los betabloqueantes en los que tras dejar e tomarlos, este rebote tensional se produce al cabo de unos días por lo que el paciente puede ver que a los pocos días sigue bien y equivocarse. No están justificadas las vacaciones terapéuticas. Es preciso hacer el tratamiento diariamente. Muchas de las complicaciones de la tensión se producen por falta de observancia del tratamiento.

¿Por qué tengo que tomar el tratamiento diariamente? ¿No me perjudicará?

La mayoría de los fármacos que empleamos para el tratamiento de la HTA tienen una vida media de unas 10-12 horas en sangre, suficientes para garantizar un control terapéutico satisfactorio a lo largo del día. Pero los fármacos se metabolizan y se eliminan del organismo por eso al día siguiente apenas quedan trazas del que tomamos el  día anterior y hay que reponer los niveles terapéuticos tomando otra vez el tratamiento. Los fármacos que se utilizan como antihipertensivos son fármacos seguros bien tolerados y que apenas provocan efectos secundarios. Para eso su médico le citará a menudo y protocolizadamente le efectuará controles analíticos periódicos para valorar si los medicamentos que toma le están provocando algún problema.

Con ajo me controlo la tensión

El ajo que forma parte destacada de la cocina mediterránea tiene propiedades antioxidantes y es beneficioso para la salud, pero en estudios controlados no ha demostrado reducir la tensión arterial. El ajo por sí solo no sirve para controlar la tensión.

Yo tomo infusiones de hojas de olivo para controlar la tensión

Las infusiones de hojas de olivo tienen efecto diurético y pueden ejercer acciones reductoras de la tensión. Pero ¿controlamos en esa infusión la cantidad exacta necesaria para nuestra situación? ¿Cuáles son los efectos metabólicos de lo que estamos ingiriendo?0 Esta práctica me parece retroceder a actuaciones más propias del siglo XIX que a las actuales. Muchos de los principios activos de los medicamentos están sacados de las plantas, pero siguen un proceso de depuración, cuantificación y experimentación que hacen que cuando llegan a nuestras manos están suficientemente probados y con la total garantía de que tomamos los miligramos que dice contener cada pastilla, que además se habrá comprobado en ensayos clínicos controlados y será la dosis estándar que necesitamos.

Me controlo la tensión con ansiolíticos.

Los ansiolíticos sirven para mitigar o controlar la ansiedad pero no son antihipertensivos. En determinadas situaciones en las que una situación de intraquilidad o nerviosismo contribuya a descontrolar la tensión la toma de un ansiolítico puede resultar beneficiosa pero no puede sustituir al tratamiento antihipertensivo.

 

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