Dr. José Abellán Alemán

Director de la Cátedra de Riesgo Cardiovascular

Universidad Católica de Murcia. UCAM

              

La medida correcta de la tensión es un procedimiento de capital importancia para los hipertensos ya que de los valores tensionales que se aporten se derivan actuaciones terapéuticas concretas. Pese a ser una técnica sencilla su realización requiere un aprendizaje y unos conocimientos elementales. El aparato que sirve para medir la tensión se llama esfigmomanómetro. Se precisa de otro aparato llamado fonendoscopio o estetoscopio que sirve para oir o auscultar el sonido de la sangre al pasar por nuestras arterias. El esfigmomanómetro consta de tres partes: La primera es el denominado manguito, que es una bolsa de goma que se llena de aire y está  recubierta de tela. Se coloca rodeando el brazo, y  una vez hinchado, la presión que transmite a éste obstruye la arteria que pasa por debajo (arteria braquial), impidiendo la circulación de sangre por la misma. El manguito debe tener una longitud y anchura adecuados que dependen del diámetro del brazo. La segunda parte es una pera de goma que tiene un dispositivo valvular y sirve para llenar o vaciar el manguito de aire. La tercera, es un sistema de medida conectado al manguito y que se denomina manómetro. Este manómetro puede ser aneroide, en donde una aguja marca en una esfera a manera de reloj la medida de la tensión, o bien se trata de una columna de mercurio, siendo éste el más recomendado entre los profesionales por su fiabilidad. Existen otros aparatos en el mercado: electrónicos, digitales,  semiautomáticos o automáticos, de más fácil manejo ya que no precisan ni siquiera de fonendoscopio para determinar la tensión y son recomendables para la automedición tensional por el propio paciente. Los hay incluso que llevan incorporado un sistema de memoria para guardar y registrar las tensiones medidas. También hay aparatos que miden la tensión aplicándolos en la muñeca o en el dedo.  Si bien tal como se ha comentado el esfigmomanómetro de referencia es el de mercurio, debido a que este mineral es muy contaminante la Comunidad Económica Europea ha decidido prohibir su comercialización, por ello en el futuro todos los esfigmomanómetros que se emplearán serán digitales.

 

Desde las Sociedades Científicas de Hipertensión se recomienda la automedida de la tensión por el propio paciente, Técnica que se denomina AMPA (automedición de la presión arterial). Por esta razón todo hipertenso debería disponer de su propio esfigmomanómetro. Al adquirir uno asegúrese que esté validado por organismos científicos lo que garantiza su fiabilidad. Son de elección los que miden la presión arterial (PA) en el brazo a los otros si bien los de muñeca también pueden servir. No son aconsejables los que miden la PA en el dedo.

 

    Antes de proceder a la determinación de la tensión arterial, el individuo debe estar relajado y tranquilo, no deber  haber fumado, bebido café, haber comido o realizado ejercicio brusco previo a la exploración, tampoco deber  tener ganas de orinar, ni sentir frío o excesivo calor (puesto que estas situaciones provocan variaciones de la tensión arterial y pueden alterar la medición), permanecer  sentado durante al menos 5 minutos. Al determinar la tensión, el brazo deber  estar apoyado en una superficie y a la altura del corazón, no llevar  ropas apretadas ni nada que pueda interferir con la medición. Entonces se pondrá  el manguito  sobre el brazo, que  tendrá  que estar desnudo. Se debe dejar libre la flexura del codo, con el fin de poder colocar en esa zona, en su parte interna, la campana del fonendoscopio, pues es donde se localiza la arteria; usted puede localizar el latido de  la misma si está acostumbrado y poner la campana del fonendoscopio encima de ella, el  manguito  rodea al brazo y se adhiere por medio de un velcro u otro sistema de enganche. Si se trata de un aparato semiautomático que mide la tensión sin fonendoscopio, advertir  que el manguito lleva unas señales o distintivos que le indican donde debe colocarlo para que se presione adecuadamente sobre la arteria braquial. A continuación se infla el manguito, entonces su presión  obstruye la circulación de la sangre por la arteria, desaparenciendo el pulso por debajo del manguito. Después se le empieza a vaciar el aire, abriendo un poco la válvula si es manual, otros aparatos semiautomáticos o automáticos vacían gradualmente el aire a un ritmo determinado; en el momento en que la presión de la sangre vence la resistencia del manguito se produce un sonido que se repite de forma continua, cuyo registro se corresponde con la tensión arterial sistólica o «máxima». Seguiremos desinflando el manguito lentamente hasta que se dejan de escuchar los ruidos completamente, la cifra que se lee en el manómetro en ese momento es la equivalente a la tensión arterial diastólica o «mínima». Tenga en cuenta que la tensión arterial diastólica coincide con el momento en el que se deja de percibir el sonido, no cuando se amortigua el mismo, ésta se tomaría como «mínima» en caso de que el sonido no desapareciera, incluso con el indicador marcando cero, lo que sucede en raras ocasiones (niños, embarazadas, situaciones de vasodilatación periférica intensa…).

 

     Se aconseja realizar al menos dos tomas y promediar las cifras, pero recuerde  que siempre deben transcurrir unos minutos  entre ellas y que el manguito deber  desinflarse completamente antes de una nueva medición. Las cifras de tensión arterial se dan en milímetros de mercurio (mm Hg) y con tres dígitos (Ej. 140/80 mm Hg), muchas veces se suprime el último número y se expresa como 14/8, este proceder no es correcto y debe acostumbrarse a dar todas las cifras. En ocasiones se tiene la mala costumbre de redondear las cifras y  expresarlas de 5 en 5 milímetros de manera que acaben en cero o en cinco; lo que también es incorrecto, por ejemplo 138/72 es la forma  adecuada de poner las cifras y no cometer el error de redondear poniendo 140/70. Un buen profesional debe discriminar de dos en dos mm Hg,

 

     Es aconsejable la automedición tensional en su domicilio o en su lugar de trabajo, ya que esta medida favorece el mejor control por parte de los pacientes. Estas mediciones, al hacerlas en un medio que no le es desconocido, si se realizan adecuadamente, expresan con mayor veracidad su tensión.

 

La tensión arterial no siempre es igual en ambos brazos, pudiendo existir pequeñas diferencias que caso de no ser grandes no revisten ninguna importancia. Cuando infle el manguito, hágalo lo suficiente como para asegurar que lo ha hecho por encima de la presión máxima del paciente, ya que en ancianos es frecuente que exista, tras oirse la máxima, unos momentos de silencio que se llaman «vacío auscultatorio», para posteriormente volver a escucharse los ruidos. Si no tiene la precaución de inflar el manguito lo suficiente, puede sucederle que  determine erróneamente la presión, considerando la máxima cuando se reinicia el sonido, infravalorando su valor.

 

Es conveniente que una vez determinada la tensión arterial tenga una libreta de notas o una tarjeta donde anote, la fecha, hora y el valor de la medición; esto será  de gran ayuda para su médico que así tendrá  una visión general acerca de sus cifras tensionales durante un periodo largo de tiempo. Otro aspecto a considerar es la  periodicidad con la que debe medirse la tensión arterial. Debe medirse a todo individuo adulto con una periodicidad de al menos una vez cada 2 años, en los menores de 40 años y a partir de esa edad una vez al año. Si se es hipertenso, la frecuencia de mediciones debe ser mayor; si habitualmente tiene la  tensión controlada y no existe otra patología añadida, su médico le indicará  la periodicidad de los controles, que a modo de referencia, pueden ser quincenales o al menos mensuales. Si existe un cambio de tratamiento, mientras éste se ajusta, debe extremarse la vigilancia, siempre de acuerdo con su médico.

 

Tomando como referencia la última Guía de las Sociedades Europeas de Cardiología e Hipertensión, se considera tensión arterial normal en individuos mayores de 18 años, cuando la tensión arterial sistólica o «máxima» se encuentra, de forma mantenida en el tiempo, por debajo de 130 mm Hg y la tensión arterial diastólica o «mínima» por debajo de 85 mm Hg. Se define la PA óptima cuando está por debajo de 120 mm Hg la máxima y de 80 mm Hg la mínima. La normal-alta cuando está entre 130-139 mm Hg la máxima y entre 85-89 mm Hg la mínima y por tanto susceptible de vigilancia Se considera hipertensión arterial (HTA) cuando se mantienen cifras de tensión (es decir, cuando estas cifras perduran en el tiempo), basal (es decir, medida en reposo y en las condiciones antes expuestas) iguales o mayores a 140 mm Hg de máxima o se mantiene una tensión mínima igual o mayor a 90 mm Hg. Entiéndase que habrá  hipertensos que tendrán elevadas ambas cifras, pero también los habrá  que mantendrán elevadas sólo la máxima o la mínima. Las cifras de normalidad para AMPA deben ser menores de 135/85 mm Hg.

 

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